domingo, 9 de mayo de 2010

EL BANANO SE PUDRE EN LAS FINCAS

El banano se pudre en las fincas

Pequeños productores desisten venta de racimos al Gobierno, por dificultad de obtener cupo. El irrespeto del precio los liquida.

En Estero Hondo (La Maná), cientos de racimos cortados hace una semana esperaban ser comprados por el Gobierno para enviarlos a Manabí. La fruta empieza a madurar.

Alternativa. Mesías Cañizares prefiere vender la fruta a comerciantes de Ambato en $ 1 la funda de 70 libras, ante la falta de cupo en las compañías.

Árboles de banano con tallos desnutridos, hojas quemadas por el ataque de hongos y monte. Aquella imagen denota abandono, pero a lo largo de unas 30.000 hectáreas de banano que se cultivan en La Maná (Cotopaxi) pequeñas cuadrillas empacan el escaso guineo rescatado de la plaga.

La falta de recursos económicos impide a los agricultores invertir en sus plantaciones. El pago de hasta $ 1,10 por caja en lugar de los $ 5,40 de precio oficial, que reciben en la zona, hace difícil el mantenimiento de las bananeras y de las familias que dependen de la actividad.

Teresa Fonseca debía fumigar su cultivo esta semana, pero no lo hizo. “Necesito $ 800 para los químicos y 450 para contratar la avioneta que fumigue (...) de dónde saco plata si ya son 32 semanas seguidas de bajos precios”, cuestiona Fonseca, dueña de 12 hectáreas del producto.

Ella ha denunciado el incumplimiento del pago del precio oficial de la fruta. Como respuesta, la compañía pagó 4 dólares por parte de las 1.500 cajas que le entregó a inicios de año, por presiones de la Fiscalía, pero en represalia le quitaron cupo. “Mi nombre está en todas las compañías para que no me compren fruta; es lo que me gano por denunciar”, dice sin arrepentimientos. “Incluso he obtenido malos tratos por parte de autoridades”, agrega.

Hay pocos como ella que se animan a denunciar. En cada parada, hay agricultores que lamentan su situación, pero ocultan su identidad. Temen perder lo poco que reciben de compañías ‘fantasmas’ y de las que ya están legalmente constituidas en el país por años.

Édison empacaba este martes para una marca que no conocía: Preciosa Banana. “Como esta va para Argentina, me ofrecieron $ 2,50, menos de lo que pagan para Europa; ojalá cumplan”, advierte y aclara que aceptó vender a este nuevo comprador, porque la compañía con la que trabaja habitualmente también irrespeta el valor oficial y retrasó su pago hasta por 4 semanas.

Pero la situación es más crítica en zonas como La Libertad y Estero Hondo. A los costados de caminos empedrados hay racimos de banano cortados hace más de una semana a la espera de un cupo del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap) para enviarlos a Manabí. El Gobierno Nacional ofreció comprar en 2 dólares cada racimo de banano y enviarlos a zonas afectadas por la sequía, para paliar la crisis bananera.

Aquellos racimos empiezan a madurar. “Si hasta mañana (ayer) no se los llevan, ese guineo ya se pudre”, advierte Mesías Cañizares, quien luego de la experiencia que han vivido sus vecinos, postergó su intento de tramitar la venta de fruta al Gobierno. “Parece que solo tienen espacio las grandes haciendas”, dice Cañizares, proveedor de 500 cajas semanales.

Ante tanta dificultad, él prefiere venderle la fruta a comerciantes de la Sierra. “La gente de Ambato paga un dólar por la funda de 70 libras, pero es nada”, asegura.
Héctor Carrera, en cambio, sí obtuvo cupo para venderle fruta al Ministerio. “Hace tres semanas envió 1.600 racimos de banano a Manabí a dos dólares cada uno”, advierte. Pero ¿ya recibió el pago? “No, solo espero que lo hagan pronto”, respondía hace dos días.

Mercedes Aguilera dejó podrir su fruta en la finca. Así evitó malos ratos por el precio.
En la zona, la queja del ‘vuelto’ es común. “Empresas legales nos entregan cheques en los que consta el pago de $ 5,40 por cartón, me depositan en mi cuentan $ 2.430 por los 450 cartones, pero luego me retiran 1.755 dólares, porque antes nos hacen firmar una autorización para ello; al final, lo que recibo son $ 675, es decir $ 1,50 por caja”, relata José (omite el apellido) y muestra su estado de cuenta.
Medidas no dan solución

La falta de una organización estructural del negocio bananero impide su progreso. La firma de contratos y el pago a través del Central no frenan la crisis del sector.

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